Como venimos repitiendo, el próximo sábado 29 de mayo, a las 20,30 h., en el auditorio de Blas Infante, tenemos una oportunidad única de disfrutar de la puesta en escena de buena parte de los elementos que conforman nuestra identidad cultural, proyectando la esencia de lo qué es Ronda Romántica. En la que a todos los asistentes se les pide acudan vestidos de época, y podamos obtener una imagen espectacular de todo el evento en su conjunto.

Y uno estos elementos identitarios de nuestro territorio es nuestra indumentaria, atalajes y arreos a la Rondeña, que debemos valorar y lucir en la dimensión que se merece, sin duda un gran Patrimonio Cultural y Etnográfico de nuestra Serranía, que necesita un reconocimiento por parte de las instituciones, ya que si hay un imagen que rápidamente se identifica con estas sierras y sus pueblos es esa manera tan singular y radicalmente nuestra de vestirnos como rondeños de época romántica y vestir a las caballerías con nuestros reconocidos ‘Atalajes y/o Arreos a la Rondeña’, hechos de talabartería. Ronda Romántica es, sin duda, el mejor escaparate para lucir las caballerías a la usanza rondeña, y para ellos debemos potenciar, mimar y alentar a su uso. El paseo de caballos a la rondeña es un espectáculo único, que tan solo puede darse en nuestra Fiesta y, por tanto, debemos cuidar y fomentar al máximo. Y para ello propondremos para la próxima edición una serie de ponencias al respecto y que estos arreos ecuestres sean nombrados Patrimonio Cultural de la Serranía de Ronda.

Tradición a caballo.
Tradición a caballo.

La vestimenta de los jinetes y amazonas es la que tradicionalmente ha sido usada en la Serranía de Ronda desde finales del siglo XVIII hasta todo el siglo XIX, armonizándola y adecuándola en todo momento a los modos y tradiciones de la época. Primando en nuestra manera de vestir la personalidad y la elegancia de la Fiesta, sin salirnos del atuendo tradicional completo de la época que recreamos.

Y con respecto a los arreos a la Rondeña, de origen árabe, estos están formados por varias piezas como el cabezal que va adaptado a una jáquima, ‘pecho patrá’, atajarres y un ropón de fiesta. Todo ello se puede acoplar tanto a la carona, albarda y, ahora en la actualidad también se adapta a la montura, con su cincha, aunque esto nos es correcto del todo. Se ha de tener muy en cuenta el estado de conservación, la limpieza, la adecuada colocación y el ajuste sobre otras condiciones meramente estéticas. Es muy importante evitar la utilización de formas no tradicionales de esa época. Las crines pueden ir sueltas y peinadas, o recogidas en castañetas o trenzadas a la Federica, es decir trenzadas a la española. No se permite el encintado de las crines. Y la cola puede ir recogida o suelta.

La estampa de un jinete o amazona en su caballo a la Rondeña, no puede ser más hermosa, para orgullo de todos los serranos y rondeños.

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