Socio de la empresa Cer0kupas

Rafael Niño (Cádiz 1990), autónomo, es uno de los tres socios (con Gabriel Molina y Rafael Barrios) de la empresa Service&Events Bahía de Cádiz, que ha pasado del control de la entrada de personas en locales de ocio a añadir a su actividad el desalojo de ocupas de viviendas vacacionales o de alquiler con el nombre comercial de Cer0kupas, con sede en Jerez. Admite que el problema se da más en las ciudades que en los pueblos. Está soltero, ha vivido toda su vida en Rota y estudia la carrera de Director de Seguridad en la Universidad Nebrija de Madrid, vía on line.



–¿Cómo es que su empresa ha pasado del control de entrada en locales de ocio a desalojar ocupas?

–Con el incremento de la ocupación de pisos en 2018, nos empezaron a demandar servicios de desalojo. En esa época había un gran desconocimiento de cómo solucionar este problema. Consultamos con el gabinete de abogados de la empresa, que nos dio un plan de acción y empezamos a coger estos casos.

–Les llega tal avalancha de desalojos que han crecido a Madrid y pronto a Sevilla y Almería.

–Con la pandemia se han multiplicado los casos. Los 2 a 3 desalojos semanales que teníamos han pasado a 10 a 12 y más de 300 llamadas semanales, aunque hay encargos que moralmente no podemos coger. De trabajar en la provincia de Cádiz hemos montado oficina en Madrid y se hará igual en Sevilla y Almería cuando la pandemia lo permita.

“Hemos tenido casos en los que el dueño era Policía y lamentaba de tener que recurrir a nosotros para desalojar”

–Habla de cuestiones morales ¿qué servicios de desalojo rechazan?

–No cogemos los casos en los que hay padres o madres de familia con niños menores que por desgracia se ven en una situación de no poder pagar su casa ni aceptamos desalojos de pisos de bancos. Sólo asumimos pisos de propietarios particulares.

–Con tanta demanda hay negocio asegurado…

–Para nosotros lo mejor sería que este tipo de trabajo no lo pudiéramos hacer y que en España todo el mundo tuviera derecho a una vivienda. Ahora mismo obviamente estamos ganando dinero con esto, pero ojalá en un futuro no exista este problema. Estamos hablando con fundaciones para contribuir a causas solidarias para personas que no tienen vivienda.

–¿Qué tipo de viviendas desalojan y cuál es el perfil de sus ocupas?

–Nos llaman para desalojar una vivienda vacacional o de alquiler que por el momento está vacía. Ahí se da el problema. En la primera vivienda no hay conflicto porque ocuparla es allanamiento de morada y actúa directamente la Policía. Nos contratan para desalojar a ocupas que causan problemas y discusiones con los vecinos por venta de droga y suciedad y la Policía no puede hacer nada. Hemos encontrado pisos con un invernadero de marihuana. Los ocupas son normalmente jóvenes de 25 a 40 años que las usan para montar un negocio. Hay personas con trabajo que ocupan una casa. En Algeciras desalojamos un piso donde se alquilaban 20 camas.

“No cogemos los casos en los que hay padres o madres de familia con niños menores que por desgracia se ven en una situación de no poder pagar su casa ni aceptamos desalojos de pisos de bancos”

–La vía civil es más rápida que la penal para los desahucios, ¿qué vía usan?

–La vía civil y la negociación con el ocupa. Lo primero es ir a la casa a negociar con él una salida pactada y que recojan sus cosas. Somos mediadores entre el cliente y el ocupa.

–¿Cómo logran convencerlo para que se vaya?

–Nuestro servicio es eficaz. Le explicamos las consecuencias que tiene para él la denuncia judicial del cliente, las costas que tendrá que pagar y que le puede causar problemas judiciales. Si el ocupa no se aviene a negociar activamos la denuncia civil. En el plazo de 24 a 48 horas desde que nos contrata el cliente conseguimos una salida del ocupa en el 80 o 90% de los casos.

“La Policía está atada de pies y manos. La ley no los ampara para solucionar este problema si no es allanamiento de morada”

–¿Interviene la Policía?

–No suele pasar. En ocasiones hemos tenido que llamar a la Policía porque algún ocupa te escupe, lo que es un riesgo con esta pandemia, o por vernos en situaciones muy violentas. A veces pasa en este trabajo.

–Con la experiencia en los locales de ocio están acostumbrados a lidiar con situaciones violentas.

–Sí, no es una cosa que nos asuste ni nos coja por sorpresa.

–¿Asustan físicamente?

–Nos lo preguntan en las entrevistas. Cada uno tiene su función. Gabriel es el que negocia y habla con ellos, y no es corpulento. Pero sí va acompañado de personas corpulentas que disuaden al que intenta agredirlo. Tenemos personas que trabajan para nosotros.

–El dueño que recurre a vosotros está desesperado…

–Sí, acuden a nosotros tras meses o incluso años de trifulcas y discusiones con el ocupa. Es más fácil negociar con el ocupa cuando llegamos nosotros, que somos personas nuevas.

–¿No cree que la solución a la ocupación está en más viviendas de alquiler social, en acabar con el colapso de los juzgados y en poner coto a las mafias que las usan para delinquir?

–Desde luego, solucionaría gran parte del problema que el Estado proporcionara más alquileres sociales para personas sin recursos. En lo judicial no es normal que para que una persona pueda recuperar su vivienda tenga que esperar dos años entre trámites y juicios, que pierda dinero, sufra deterioros en sus casas y que arruine a la familia. La Policía está atada de pies y manos. La ley no los ampara para solucionar este problema si no es allanamiento de morada. Hemos tenido casos en los que el dueño de la vivienda era un Policía y se lamentaba de tener que recurrir a nosotros para desalojar (risas).

Por admin

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *