Antonio Mingorance es el presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Farmacéuticos, la entidad que engloba a las organizaciones colegiales de la comunidad. Cuando se cumplen dos años del cambio de gobierno en Andalucía, lamentan que el Ejecutivo de Juanma Moreno sólo “maquille” de compra pública de fármacos, conocidas como subastas de medicamentos, que el PP se comprometió a eliminar si llegaba a San Telmo. 

–Parecía un debate de la anterior legislatura pero la compra pública de medicamentos ha vuelto a la actualidad parlamentaria.



–Antes de las elecciones, la principal promesa que realizó el Partido Popular respecto a la política farmacéutica era la eliminación de las subastas andaluzas. En este tiempo se cumplió con las convocadas, pero nos encontramos ahora con la intención por parte del Gobierno andaluz de mantener ese sistema vigente con algunas modificaciones. Creemos que solo es un maquillaje y que la eliminación de las subastas no se ha llevado a cabo. No es justo ni equitativo. Nos sentimos discriminados del resto de farmacias españolas, al igual que creo que se discrimina a los pacientes andaluces.

–La propuesta de la Junta dice aportar diferencias como, por ejemplo, que no haya adjudicaciones exclusivas.

–Para nosotros la cuestión de fondo es que las subastas sigan en vigor y propicien una vuelta a la situación anterior. No puede ser. Si se dijo que iban a eliminar las subastas, hay que eliminar el artículo de la Ley de Farmacia de Andalucía y eliminar esa posibilidad. Además, si hay un Plan de Genéricos a nivel nacional planteado para obtener una mayor eficiencia en el uso racional de los medicamentos, lo que debemos es ir en sintonía con el resto del país, ¿o vamos a ser en esto diferentes?

–Parecía que, en la oposición, el PP estaba alineado con los intereses de las farmacias.

–Desde que se implantó, nuestro desacuerdo con el modelo de subastas supuso muchas diferencias con el Gobierno anterior. Si ese modelo se considera tan necesario, ¿por qué solo se ha puesto en marcha en Andalucía, habiendo otras comunidades con el mismo signo político que nunca las han propuesto? Y mi pregunta es: si el Partido Popular convirtió en promesa quitar las subastas, ¿porqué no se quitan?

–Puede que la pandemia haya obligado a virar el rumbo para salvar ese ahorro.

–No creo que en una comunidad con un presupuesto de más de 40.000 millones de euros la solución sean las subastas andaluzas. Los farmacéuticos hemos estado abiertos a todo, hemos colaborado en esta pandemia, toda la sociedad está ahora sumida en una situación compleja. Vemos las medidas que están tomando los distintos gobiernos autonómicos y ninguna va por este camino. No entiendo que se nos castigue de esta forma. Ha sido un año complicado y extenuante para muchas farmacias.

–¿Cree que los Colegios profesionales se sienten engañados?

–Claro. Esta fue junto a las listas de espera y la ley de sucesiones una de sus promesas. No creo que sea la solución a los problemas que tenemos en España. Y si esta es la solución, ¿porque no se aplica en otras Comunidades Autónomas? Y más allá del ámbito económico, se ha demostrado que la subasta afecta al desabastecimiento. Si las subastas no se hubieran dejado de convocar, hubiéramos tenido serios problemas de desabastecimiento. La subasta pone en manos de cuatro o cinco proveedores el suministro de medicamentos esenciales. No entendemos que esto se vea como una solución para los problemas de la sanidad andaluza. No podemos darlo como bueno.    

–¿Ve factible armonizar medidas entre CCAA para que no haya agravios comparativos?

–Sí. Hablamos de acceso y equidad. ¿Vamos a tener en España 17 prestaciones distintas sobre medicamentos? Hay que ser coherentes. ¿Cómo hubiera sido el efecto de la pandemia si todas estas diferencias se agrandan? La única comunidad donde se mantiene esto es Andalucía. Solo queremos ser como las demás. Hablamos de medicamentos iguales para toda España, ligados a la receta electrónica. No es el tema económico. No es un motivo de peso para poner a nuestras farmacias en esa inequidad respecto al resto de España.

–Más allá de su derogación, ¿proponen nuevos modelos?

–Nosotros lo único que queremos es eliminar la subasta tal como se diseñó. Una vez que se elimine, hay un modelo de prestación farmacéutica y para eso está el Consejo Interterritorial en el que se definen las líneas de la política farmacéutica. Y ahí hay margen para la gestión por parte de las Comunidades, pero ninguna ha querido instaurar este sistema.

–¿Es un debate sobre asegurar márgenes de beneficio?

–Debemos tener el mismo margen que el resto de España, pero no nos referimos a eso. La subasta ha creado muchas dificultades a las boticas y, afortunadamente, hemos sido lo suficientemente responsables como para salvar los problemas de desabastecimiento. No queremos que tres o cuatro laboratorios nos impongan su ley. Tenemos un buen número de compañías farmacéuticas de genéricos en España y parece que vamos a cercenarles la posibilidad de salir adelante. Este año se ha puesto de manifiesto la importancia de no depender del suministro de unos cuantos laboratorios asiáticos. Lo hemos padecido con el cierre de fronteras en otros productos sanitarios. 

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