¿Error administrativo, simple fallo debido al tapón ocasionado por la pandemia y las vacaciones o truco informático porque las listas de espera están desbocadas? Médicos de familia discrepan a la hora de explicar la causa, pero sostienen que parte de sus derivaciones al especialista “se pierden”. Tampoco cuantifican el problema. Pero al margen de la causa y del número de pérdidas de derivaciones, la situación lleva a los pacientes a volver a sus consultas. Cada derivación que se extravía, duplica el trabajo de estos médicos porque deben repetir algo que ya habían hecho.

Fuentes de la Administración sanitaria restan credibilidad a las quejas de los facultativos porque dicen que su denuncia es vaga y no precisa casos concretos.



Médicos admiten que puede haber errores, pero añaden que cuando hay demasiada lista de espera, la atención especializada “pasa a pasivo” algunas derivaciones. Esas peticiones dejan de estar en vigor. “Eso genera repeticiones de consultas en atención primaria porque el paciente vuelve a acudir a su médico de cabecera. Y además provoca demoras en el diagnóstico, a veces en casos graves”, aseguran. Y añaden:“Es un círculo vicioso que revienta a la Atención Primaria porque duplica consultas y a los ciudadanos los marea con idas y venidas. Además, bloquea su acceso a la asistencia”.

L. M. acudió a su médico a principios de junio. Tras verla presencialmente, la derivó al especialista. Como tras casi dos meses no tenía noticias de su cita, llamó a Salud Responde. Tras múltiples intentos, consiguió hablar con este servicio. La remitieron al teléfono de cita previa de su hospital de referencia. Tras una docena de llamadas en las que siempre comunicaba, optó por volver al centro de salud. Allí le indicaron que la cita estaba pendiente. Un par de semanas después sin novedades de la derivación, volvió al ambulatorio. Su derivación ya no constaba. Había desaparecido. El administrativo le dijo que tenía que ir otra vez a su médico, pese a que la paciente tenía la derivación por escrito. Así que por segunda vez la atendió su facultativo –esta vez por teleconsulta– por el mismo motivo que ya la había asistido en junio. Y volvió a tramitar la derivación. La mujer lleva casi cuatro meses esperando y aún no tiene fecha para el especialista. Su cita figura ahora como “solicitud diferida”.

Los profesionales consultados aseguran que casos como estos “no son anecdóticos”. Cuando se producen, algunos médicos les aconsejan a sus pacientes que reclamen en el hospital o en el centro de atención especializada que les corresponda, porque si le hacen una nueva derivación el contador vuelve a cero como si no llevaran ya semanas esperando.

En el caso de L. M., pocos días después de que su médico le hiciera por segunda vez la misma derivación, su centro de salud le envió por correo a su domicilio el escrito del facultativo con un papel adjuntado en el que le indicaba que, en caso de demora, acudiera al hospital a reclamar la cita. Primaria ya la había derivado dos veces.

Médicos dicen que, más allá de algunos errores, ocurre cuando hay mucha lista de espera

Una facultativa denunciaba que esas situaciones son consecuencia de las demoras excesivas para llegar al especialista desde atención primaria: “Se hacen trampas y engaños con el sistema informático y así parece que no hay listas de espera, cuando sí las hay. No es anecdótico y lo pagan los pacientes”. También explicaba que como hay decretos que ponen un límite máximo de espera, hay gestores que tratan de “esconder” su incumplimiento con esos trucos informáticos para no perder puntos a la hora de cobrar la productividad.

Otra profesional consultada indicaba que durante la anterior gestión socialista estos maquillajes de las listas de espera “ocurrían sin tapujos”. Y aseguraba que tras la llegada al Gobierno autonómico del PP “dejó de pasar”. Sin embargo, acotaba que “ya desde antes de la pandemia se estaba volviendo a producir otra vez”. Porque, concluía, no es una cuestión del gobierno de turno sino de los recursos disponibles; a menos medios, más listas de espera.

Una facultativa de primaria contaba que en junio pidió una ecografía preferente para una paciente a la que han dado cita para la prueba en enero. “Por curiosidad me metí en el sistema y alguien había puesto ‘citar a partir de enero’. Así, cuando llegue enero, parecerá que lleva 15 días en lista de espera, cuando en realidad ya llevará esperando siete meses”, aclaraba. Contaba también que cuando tienen sospechas más que fundadas de que un caso puede ser grave, hacen gestiones personales para que un especialista vea al enfermo con celeridad.

Durante años, sindicatos y profesionales han denunciado “trampas y maquillajes” con las listas de espera. Y parece que no se han acabado. “Se cierran agendas y hay situaciones que claman al cielo porque una cosa es que haya demora y otra, que te engañen”, resumía una de las facultativas consultadas.

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