Son tiempos de pandemia en los que han hecho falta muchos enfermeros. Y seguramente seguirán necesitándose aún más. Para cuidar de los pacientes en las UCI, las plantas de los hospitales, los centros de salud, las residencias geriátricas… Para poner la vacuna cuando llegue… Sin embargo, la sanidad ha perdido a demasiados profesionales que se fueron al extranjero buscando empleo y mejores condiciones laborales.

En el caso de Málaga, la sangría de enfermeros ronda el millar desde 2008. Desde entonces, el Colegio de Enfermería de la provincia emitió exactamente 1.008 certificaciones, un trámite imprescindible para poder trabajar fuera de España. No todos llegaron a emigrar e incluso algunos de los que se marcharon, volvieron al cabo de unos años; pero la cifra más o menos da una idea aproximada de los profesionales formados que se han dilapidado.



Como la mayoría de los que hacían las maletas rumbo a otros países optaban por el Reino Unido, la incertidumbre generada por el Brexit frenó la emigración de enfermeros. A la salida británica de la Unión Europea y a cierta mejoría de la economía española en los últimos años se debe que la sangría de enfermeros se haya parado.

Pero la pérdida de capital humano es incontestable. Se inició tímidamente en 2008. Aquel año pidieron la certificación para irse al extranjero ocho profesionales. En 2009 fueron 17, al año siguiente 38, en 2011 la cifra subió a 41. La tendencia ascendente comenzó a dispararse en 2012, cuando ese trámite lo hicieron 132 enfermeros. Luego llegaron los peores datos: 204 en 2013, 154 en 2014 y 193 en 2015. Eran los años de los contratos al 75% de la jornada en la sanidad pública. A partir de entonces la situación empezó a mejorar. Un total de 95 profesionales pidieron la certificación en 2016, 46 en 2017, 43 en 2018, 20 en 2019 y 17 en lo que va de 2020.

Ahora son muy pocos los que se van. Pero el presidente del Colegio de Enfermería de Málaga, Miguel Carrasco, advierte: “Ahora la competencia por esos profesionales está dentro de España”. Las comunidades autónomas se disputan a estos profesionales y Andalucía no sale bien parada en el contexto nacional de la contratación. “En Asturias, por ejemplo, se ofrecen contratos de tres años. Aquí, ahora con la pandemia se ofertan de seis meses. Es lógico que se vayan allí donde les ofrecen mejores condiciones”, señala.

Carrasco añade que a los contratos de corta duración en la comunidad andaluza se suman salarios que son “de los más bajos de España”; condiciones con las que resulta “difícil competir” a la hora de contratar enfermeros. El presidente de la entidad colegial insiste en que debido a la formación que precisa este colectivo, la Administración sanitaria debería diseñar una política de contratación a largo plazo. “Sin embargo, aquí la planificación es cortoplacista y no se fideliza a los profesionales”, asegura.

Málaga es la segunda provincia de España con la peor ratio de enfermero por habitante

Además, la sanidad pública malagueña tiene competidores a la hora de contratar ya que el sector privado es potente en la provincia y emplea a cientos de profesionales. Incluso, en estos tiempos de pandemia, los enfermeros son más demandados en las residencias geriátricas para atender a los mayores. En el horizonte está también la anhelada y supuestamente cercana vacunación contra el coronavirus para la que será necesario un refuerzo de las plantillas si se pretende hacer con celeridad.

Desde el Sindicato se Enfermería (Satse) se demanda un plan de retorno de los que se marcharon al extranjero. Su secretario provincial, Juan José Sánchez, apunta que Satse presentó una propuesta en ese sentido tanto al Gobierno central como al autonómico. “Pero aún no hemos tenido respuesta”, asegura. Las reivindicaciones de fidelización de los profesionales parten de las organizaciones que representan desde un punto de vista profesional y sindical a un colectivo esencial en la lucha contra la pandemia.

Además, el mensaje se lanza en Málaga, la provincia con la segunda peor ratio de enfermeros por habitante de España, después de Granada (ver tabla). Según datos aportados por Satse, Málaga es una de las zonas de Europa con el mayor déficit de estos sanitarios en relación a su población. Tiene 3,29 profesionales mil habitantes, frente a 4,13 de Andalucía, 5,3 de España y 8,8 de Europa.

Según estas cifras, la provincia tiene menos de la mitad de los enfermeros por habitante que la media europea. Hace cuatro años, la Unión Profesional Sanitaria de Málaga (Uprosama), que representa a los once colectivos del sector, cuantificó en 3.500 los enfermeros que hacían falta en la provincia para alcanzar la media española.

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