–“Aquí seguiremos hasta que la playa nos eche a nosotras”–, advierte con humor una señora. –“O hasta que nos confinen”–, responde resignada otra que le acompaña. La conversación la protagoniza un grupo de mujeres de avanzada edad a unos metros de la orilla en uno de los arenales de Huelin, donde, a la una de la tarde, las temperaturas máximas permitían apurar los últimos días de sol en bañador, aunque tampoco sobraba una manga larga. Así acababa el puente de Todos los Santos y, con ello, el buen tiempo, al menos hasta el fin de semana, cuando de nuevo regresará el sol. Málaga despidió la jornada festiva del puente más atípico por la crisis del coronavirus disfrutando de las temperaturas –con máximas de 23 grados– que incluso dejaron, solo entre los más atrevidos, algún chapuzón en las playas.

Pese a que el inicio del día auguraba un día de descanso en casa, con la humedad acorde al manto de niebla que cubría el centro de Málaga y distintos puntos de la provincia, el tiempo dio finalmente una tregua. Los domingueros no desaprovecharon la ocasión de pasear por las calles. El paseo marítimo Antonio Banderas lucía rebosante de familias en bicicleta, niños en patinete y jóvenes sin camiseta ejercitándose en la zona de máquinas habilitada por el Ayuntamiento. Hubo quien se propuso salir a pescar algo para el almuerzo y otros que se afanaban en leer el periódico bajo los rayos del sol.



La estampa de la jornada de ayer en las playas e inmediaciones, con cielos poco nubosos, aumentando a muy nuboso en el interior a última hora del día, contrastaba con la que arrojaban los chiringuitos, cerrados en unos casos como merecido descanso a una intensa temporada de verano, y, en otros, obligados por el embiste de una crisis que está dejando demasiadas víctimas por el camino.

Alerta amarilla el miércoles

En la Axarquía, el taró, también conocido como niebla de advección, dio poco margen a los bañistas, pero en localidades como Rincón de la Victoria algunos desafiaron la humedad para despedirse del mar. Los vientos soplaron flojos y las temperaturas permanecieron sin cambios significativos respecto al domingo, cuando también se pudo disfrutar de un tiempo casi primaveral. El calor ahora dará paso a una semana que estará marcada por las precipitaciones. La inestabilidad comenzará este martes por la tarde y se mantendrá hasta el domingo. Será el miércoles cuando la previsión de lluvias que maneja la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) obligue a activar la alerta amarilla en la Costa del Sol y en la zona del Guadalhorce. El aviso estará vigente desde las 10:00 hasta las 12 de la noche.

Un miércoles lluvioso y con bajada de máximas

La inestabilidad, que llegará el miércoles en forma de lluvia, se traducirá una bajada de las temperaturas máximas. De los 22 grados que la Aemet tiene previsto que se registre este martes se pasará a los 19. Aunque el descenso no será muy significativo, la jornada estará pasada por agua. La previsión de la Agencia Estatal de Meteorología es que las precipitaciones hagan acto de presencia también el jueves, el viernes y posiblemente le sábado en Málaga. El domingo regresará el lunes, aunque no lucirá con total intensidad. El viernes, sin embargo, la previsión apunta a que, de nuevo, suban las temperaturas máximas. El mercurio marcará así 24 grados, pero volverá a caer en el arranque del fin de semana.

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