No será hasta el domingo, una vez que el presidente de la Junta se reúna con el comité de expertos, cuando se tomen nuevas medidas para el conjunto de Andalucía, “que no tienen que ser las mismas para toda la población”, detalló este viernes el presidente, Juan Manuel Moreno. Las nuevas restricciones que adopte el Gobierno andaluz a partir del lunes afectarán fundamentalmente a la hostelería de las provincias donde los indicadores epidemiológicos registren una peor evolución. El dictado final será, por tanto, fruto del análisis del estado de la transmisión del virus y podrá incidir en nuevas limitaciones de la movilidad de las personas, ya sea por distritos sanitarios, municipios o por provincias; pero no habrá cierre de los colegios.

Las cifras diarias no sufrieron este viernes un cambio significativo. La pandemia sigue haciendo estragos en Andalucía: las 60 muertes notificadas fueron la repetición de la máxima marca del día anterior, los nuevos casos positivos volvieron a rebasar los 4.000 y los nuevos hospitalizados apenas bajaron de los 300, aumentando la saturación en los centros hospitalarios. Son esas las cifras a grandes rasgos de un día de pandemia en Andalucía, donde las curvas de los indicadores clave no acaban de ralentizar la marcha pero que no causa aún la alarma del presidente de la Junta, la máxima autoridad delegada hasta el 9 de mayo, mientras tenga vigencia el estado de alarma.



Sin siquiera plantearse una vuelta a aquel confinamiento domiciliario de la primavera y sin posibilidad de adelantar el toque de queda, Moreno, igual que el ministro de Sanidad, no cree que las medidas que sean implantadas a partir del lunes lleguen tarde. Habrá tiempo, si las restricciones vigentes y por llegar son seguidas estrictamente, para “salvar la campaña de Navidad”, periodo en que hay comercios que recaudan un tercio de sus ingresos anuales -señaló ayer Moreno-. Bastará pues, confían las autoridades, una mayor reducción de la movilidad, para lo cual será capital el adelanto del cierre de la hostería o aun su sellado completo, además de tocar otros negocios o extender los cierres perimetrales.

Los centros escolares seguirán siendo una burbuja. No cerrarán. Es lo que anunció en Málaga el consejero de Educación, Javier Imbroda, quien subrayó la escasa incidencia del coronavirus en los colegios -el 95% de los colegios andaluces no están afectados, señaló- para certificar el mantenimiento del curso escolar. “Los colegios son los sitios más seguros”, dijo el consejero de Presidencia, Elías Bendodo, quien subrayó su condición de “herramienta fundamental para la conciliación familiar y laboral”.

La situación epidemiológica no es esperanzadora y en la cabeza del ciudadano cabe casi cualquier restricción. Andalucía lleva días por encima de la media nacional en los nuevos casos por cada 100.000 habitantes, pero el análisis final corresponde a los expertos y los dirigentes en la reunión de mañana. Muy malos tendrían que ser los resultados analizados para que las iniciativas que ponga en marcha Moreno insistió ayer durante una visita al Hospital de Puerto Real (Cádiz) rompan el equilibrio entre la salud y la economía.

De lo que nadie duda es de que las limitaciones subirán uno o dos escalones, una escalada que comenzó en verano con la imposición de las mascarillas en la calle y en las playas. “Desgraciadamente, tenemos que limitar la movilidad y eso significa restringir los espacios donde los ciudadanos suelen ir: el ocio, la restauración y restringir los horarios que ahora tenemos. Es el único instrumento que tenemos”, dijo el presidente durante una visita al Hospital de Puerto Real (Cádiz).

Consciente de la gravedad del virus, de su alta capacidad de transmisión y del estado de los hospitales, Moreno llamó a la responsabilidad de los andaluces: “La responsabilidad colectiva es fundamental para parar un virus que tiene en jaque a todo el mundo”, recordó.

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