Las aulas de las distintas facultades de la Universidad de Málaga volverán a vaciarse. Hoy regresan a la docencia telemática durante, al menos, las dos próximas semanas para intentar frenar el avance del coronavirus en esta segunda oleada. Al igual que sus homólogas del resto de Andalucía, la UMA asume la disposición de la Junta de Andalucía con el paso a un plan que ya se estableció, en parte, antes del inicio del nuevo curso.

“Teníamos previsto un plan de contingencia frente a un confinamiento total, que no es el caso, así que ahora estamos entre el escenario bimodal que implantamos en septiembre y el de cierre absoluto”, explica Ernesto Pimentel, vicerrector de Estudios de la Universidad de Málaga.



“La actividad teórica pasa a no presencial pero manteniendo a, diferencia del semestre pasado, la presencialidad en las prácticas, en las materias experimentales, en las actividades de laboratorio y en todas aquellas que precisen equipamiento específico”, agrega Pimentel.

Por tanto, solo aquellas materias o temas concretos que sean más difíciles de solventar de forma on line seguirán en formato presencial y el resto se realizará de forma on line hasta el 24 de noviembre. En cuanto a los exámenes, los que tengan carácter experimental se podrán mantener, igual que aquellos que se puedan hacer de forma no presencial. Todos los demás se retrasarán.

Hasta el momento se había logrado una media de más del 40% de presencialidad en la Universidad de Málaga, dependiendo de las instalaciones de cada facultad y del número de alumnos matriculados en grados y másteres.

“Entendemos que las medidas van en beneficio de evitar el colapso de los centros sanitarios, pero también que la UMA tenía una organización de su actividad muy segura”

“Entendemos que las medidas hay que aceptarlas, van en beneficio de intentar evitar el colapso de los centros sanitarios, pero también entendemos que la UMA tenía una organización de su actividad muy segura, y a los números nos remitimos”, apunta el vicerrector de Estudios. “Habíamos planteado la presencialidad con las máximas garantías de distanciamiento y han tenido resultados, ya que el impacto del Covid en las aulas ha sido muy pequeño”, agrega.

El que el resto de niveles educativos mantengan la presencialidad y en la Universidad no, el vicerrector lo achaca a que “el nivel de autonomía y de movilidad de nuestros estudiantes no es comparable, pero realmente no nos han dado ningún tipo de justificación al respecto”. Y reitera que “creo que el entorno universitario es de los más seguros que hay en todas las actividades que se puedan estar desarrollando en la ciudad”.

Las consecuencias que pueda tener la medida en los estudiantes dependerá, considera Pimentel, “del tiempo que se mantenga” el cierre de gran parte de la actividad presencial. “Si somos capaces de que los números nos acompañen y esto no supere los 15 días no debería de tener un impacto excesivo, si se prolonga más de la cuenta estaríamos en una situación diferente”, indica y asegura que “vamos a intentar que el impacto sea el mínimo pero no va a ser nulo”. 

En el semestre pasado se minimizó en lo posible el efecto adverso del confinamiento pero hubo actividades que hubo que cambiar por otras que no eran equivalentes, como señala el vicerrector. 

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