La Policía también estaba prevenida este domingo ante la posibilidad de nuevos disturbios contra las nuevas restricciones. Había corrido la voz de varias concentraciones en la puerta del Ayuntamiento, una a las 18:30 “segura y pacífica” y otra a las 21:30 de los colectivos más radicales que provocaron los altercados del sábado en Huelin. La primera de ellas se desarrolló sin incidentes. Tres horas después, y con el paseo del Parque vacío, recibieron el aviso de un contenedor ardiendo junto al edificio de la Equitativa.

Un grupo de jóvenes salió a la carrera ante la llegada de los agentes, que finalmente le dieron alcance y retuvieron, al menos, a cuatro de ellos. Uno de ellos estuvo apunto de ser atropellado por un coche mientras corría por la calzada. Más allá de eso, no se produjeron incidentes graves y la tensión se relajó después de los actos vandálicos de la noche anterior.



Al caer la tarde, sin violencia pero con ganas de dejar claras sus posiciones, medio centenar de personas protestaba en el paseo del Parque, frente a las puertas del Ayuntamiento de Málaga. “No quiero más encerronas, ni más mentiras”, decía Lucía, que no se mostraba dispuesta a sufrir otro confinamiento como el del pasado mes de marzo. “Tenemos que ir por la calle con libertad, no con miedo, la Policía tiene que estar para ayudar al ciudadano y no para multarlo”, agregaba.

Quico compartía opinión. “Tenemos que poder ir tranquilamente por la calle, sin mascarilla porque estamos al aire libre, igual que ocurre en otras partes de Europa, debemos volver a la antigua vida que teníamos”, reclamaba mientras agentes de la Policía Local que velaban porque aquello no pasara a mayores advertían que no podía haber concentraciones de más de seis personas.

Así, en grupitos con cierta separación y dejando libre el paso central, con algunas banderas de España y pancartas, iban gritando eslóganes a favor de la libertad y en contra del toque de queda. Tampoco faltaron los insultos al presidente del Gobierno.

“Estamos en contra de las medidas del Gobierno y creemos que las autoridades podían haber hecho una mejor gestión, desde e primer momento están gestionando mal esta crisis”, decía Pablo, uno de los jóvenes participantes en la protesta.

“A finales de enero ciertos grupos pedían el cierre de las fronteras y los llamaron racistas y xenófobos y creemos que podría haber ayudado a una menor propagación de virus”, agregaba Pablo. El joven, que quiso desligarse por completo de cualquier acto radical y violento “que destrozan el mobiliario de todos”, pedía una “masiva bajada de impuestos para aquellos que no pueden trabajar”. Y concluía: “Seguridad Nacional advirtió a Sánchez once veces de la amenaza del Covid entre enero y marzo y no hizo caso”.

Para Sonia estar ahí suponía “luchar por nuestra libertad, la que se supone que teníamos”. Su compañero Antonio apuntaba que la letalidad asociada al coronavirus no es tanta como los medios publican. “Ahora todo es Covid con el pretexto de encerrarnos y hacer otro confinamiento más severo”, apuntaba.

“El fin es vacunarnos a todos obligatoriamente y controlarnos con el nuevo orden mundial, es un plan estudiado, no es por nuestra salud, que les da igual, solo los mueven intereses económicos”, añadía Sofía. Para ella, si verdaderamente importara la salud de la población “cerrarían de día y no de noche y no estarían los colegios abiertos y nos han obligado a llevar a nuestros hijos en contra de nuestra voluntad, hay muchas incongruencias en todo esto y cuanto más investigas más cuenta te das que esto es una plandemia”.

“Pandemia, engaño, no somos un rebaño”, decían a coro. Igual que consideraban que las mascarillas más que protección son un símbolo de sumisión. “Nos vamos a morir de hambre con las puñeteras medidas, no de Covid sino de hambre”, gritaba una mujer.

Reposición del mobiliario afectado y dispositivo policial

El Ayuntamiento de Málaga ha restablecido el mobiliario público que había sufrido desperfectos en el entorno de Tomás Echeverría y calle Ayala, en el distrito Carretera de Cádiz, donde la situación quedó normalizada a media noche.

El operativo policial de vigilancia, formado por agentes de la Policía Local y la Policía Nacional, se encontraba desplegado en el entorno de Tomás Echeverría desde las 21:30, siendo a partir de las 22:30 cuando los participantes comenzaron a desplazarse hacia calle Ayala ocasionando a su paso desórdenes públicos y volcando un total de 12 contenedores –de basura y vidrio– y nueve papeleras.

Operarios de Limasam volvieron a colocar los contenedores y se procedió a la apertura a la circulación de la calle, que había sido cortada al tráfico para facilitar el tránsito de los coches policiales. El operativo por parte de la Policía Local estuvo formado por un total de 30 policías locales: cinco mandos, dos unidades del GOA compuestas por nueve agentes, seis agentes de paisano del GIP y diez policías uniformados.

De igual modo, al operativo policial se sumó una dotación de bomberos en previsión de que pudieran ocasionarse incendios en la zona, dotación que se retiró tras no registrase ninguna incidencia de esta naturaleza.

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