La Fiscalía malagueña ha rebajado la petición de pena de 21 a 16 años de prisión a la mujer acusada de asesinar en Málaga a su bebé de 17 meses, tras dejarla en el domicilio familiar durante un mes con un biberón y unas galletas.

El fiscal ha mantenido que la procesada ha cometido un asesinato y un delito de abandono temporal de menores, pero le ha bajado la petición de pena en sus conclusiones finales por la confesión del crimen, que ha contribuido al esclarecimiento de los hechos, y por el arrepentimiento.



La defensa de la mujer, José Luis Rodríguez, se ha adherido a la petición del ministerio público, al que ha felicitado por “su claridad” y ha subrayado que su cliente siempre ha reconocido los hechos y se ha mostrado “colaboradora y sincera” por lo que considera que “se ha hecho justicia, ya que va a cumplir y a pagar su propia pena”.

El juicio popular, que se ha celebrado en la Audiencia Provincial de Málaga, ha quedado visto para veredicto y la procesada en su derecho a la última palabra ha afirmado: “lo siento mucho y me arrepiento mucho”.

Durante la sesión han comparecido varios médicos forenses que han afirmado que la mujer no sufre ninguna patología psiquiátrica que afecte a su imputabilidad aunque si han destacado que tiene una personalidad inmadura y narcisista.

Estos profesionales han señalado que su personalidad está caracterizada por un destacado egocentrismo y que tiene dificultad para renunciar a sus propias satisfacciones así como un significativo grado de impulsividad.

Para estos peritos es una “delincuente por conflicto”, que no comporta modificación ni limitación de su capacidad de comprender los hechos que le son imputados ni de actuar conforme a dicha comprensión “es una persona normal que se ve desbordada por ciertas circunstancias”, y han añadido que normalmente este tipo de personas no tiene más antecedentes y quizás sea el último delito que cometa.

Este martes también ha declarado tres testigos, dos amigas de la acusada y la expareja sentimental, que han afirmado que ella siempre decía que la bebé estaba al cuidado de otra persona por lo que no tenían contacto con la pequeña y nunca visitaron el domicilio de la misma.

El fiscal ha mantenido el escrito acusatorio “inalterable”, según sus propias palabras, y ha destacado que fue un asesinato, no por un golpe o un disparo, sino por no prestarle asistencia, por omitir las necesidades de la pequeña, no alimentarla, darle de beber o comer.

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