Llegó la hora de la verdad. A partir del 1 de enero Reino Unido ya no tendrá la obligación de aplicar las normativas de la Unión Europea y, por tanto, habrá cambios en materia aduanera, de impuestos, servicios financieros, cualificaciones profesionales, transporte… Reino Unido no es estado miembro de la UE desde febrero -de hecho ha aprobado, por ejemplo, por sí sola la vacuna de Pfizer contra el coronavirus- pero se inició un periodo transitorio de adaptación que finaliza el 31 de diciembre.

Desde enero, por tanto, exportar a Reino Unido será igual que hacerlo a cualquier otro país que no pertenezca a la Unión Europea, con los trámites y gastos que eso conlleva. Los británicos lo decidieron así y es respetable, pero lo más llamativo es que cuatro años y medio después del sí al Brexit y a menos de un mes de la desconexión total, Reino Unido y la UE aún no han firmado un acuerdo comercial que deje claras cuáles van a ser todas las reglas del juego.Si hay acuerdo todo será más fácil y si no hay pacto se complicarán las relaciones. La duda en las empresas británicas y europeas es total, incluyendo lógicamente a las malagueñas.



Una de esas compañías es Trops, que exporta el 20% de su producción de aguacates a Reino Unido por valor de unos 20 millones de euros anuales, por lo que es uno de sus principales mercados. “Tenemos mucha incertidumbre porque no se ha firmado aún ningún acuerdo entre ambas partes. Estamos acostumbrados a exportar a países de fuera de la Unión Europea pero, a menos de un mes del plazo, no sabemos todavía si se nos van a requerir más inspecciones fitosanitarias o qué certificados nos pueden reclamar”, explica Enrique Colilles, director general de Trops, quien no cree que se vayan a imponer aranceles y confía en que el tráfico pueda ser similar al actual.

Enrique Colilles: “Nuestros clientes allí están más despistados que nosotros. Estamos todos a verlas venir”

La logística no es sencilla pese a que Reino Unido está relativamente cerca. Trops traslada hasta tierras británicas unos 50 camiones al mes que llevan cada uno unos 20.000 kilos de aguacate. Son productos perecederos y hay que medir bien el tiempo de envío y los trámites necesarios para que lleguen en perfectas condiciones a los supermercados británicos. Si hay más exigencias en las aduanas, puede haber retrasos y eso obliga a intensificar aún más el trabajo. Colilles apunta además que sus proveedores en Gran Bretaña “están prácticamente más despistados que nosotros , por lo que estamos todos a verlas venir”.

Más controles en aduanas, más permisos y más trámites representan un coste extra que Colilles asume que tendrá que ser soportado por la empresa malagueña, ya que es muy complicado repercutirlo en el precio final con la gran competencia que hay a escala mundial. “Ellos no van a pagar más que ahora por nuestro producto porque también les llegan aguacates de México, Colombia, Chile, Kenia, Sudáfrica o Perú y en muchas ocasiones a precios inferiores porque los costes de producción en esos países son menores, por lo que esos costes adicionales serán para nosotros”, lamenta el director general de Trops, quien denuncia que “tenemos una normativa europea más exigente de la que tienen los países competidores, en algunas ocasiones con razón y en otras sin ella, y eso nos resta competitividad”.

Antonio Gómez-Guillamón: “Nos preocupa que se pongan barreras a mover ingenieros, pero puede haber moratoria”

Otra de las empresas malagueñas que tiene presencia en Reino Unido es la aeronáutica Aertec, aunque su presidente, Antonio Gómez Guillamón, no está, por ahora, excesivamente preocupado por el cambio. “Por el tipo de actividad que desarrollamos solo nos preocupa, por ahora, que se pongan barreras a mover ingenieros en ambos sentidos aunque parece que en eso habrá una moratoria”, señala.

Gran Bretaña es un país importante para la economía malagueña, pero más por el volumen de turistas que atrae a la Costa del Sol que por las exportaciones de firmas locales. En el primer semestre de 2020 Reino Unido ocupaba el séptimo lugar en las exportaciones malagueñas con un importe de 64 millones de euros, un 23% más que en el mismo periodo del año anterior. Por delante están Francia, Estados Unidos, Italia, Alemania, Portugal y China según los datos oficiales de la Agencia Andaluza de Promoción Exterior (Extenda).

“No hay acuerdo aún y esperamos que se mantengan, al menos, un par de años las mismas condiciones que ahora para que no se encarezcan los costes, por lo que llegará el Brexit pero espero que no tenga una repercusión inmediata”, comenta Sergio Cuberos, presidente de la Cámara de Comercio de Málaga, quien sí ve más complejidad con las nuevas relaciones que pueda haber en Gibraltar relativas a la entrada y salida de trabajadores españoles en la colonia.

Juan José González: “Tendrán dificultades los británicos que sean residentes y adquieran propiedades”

Los turistas seguirán llegando a la Costa del Sol aunque tengan que hacer más papeleos. Es uno de sus lugares favoritos y ya venían en masa antes de que España entrara en la Unión Europea en 1986. Juan José González, presidente de la Asociación de Empresarios y Profesionales de Marbella, señala que “sí se va a dificultar la llegada de británicos para hacerse residentes y para adquirir propiedades, es decir, van a tener todas las dificultades que tienen los no residentes en la Unión Europea porque tendrán que pedir sus permisos de residencia, de trabajo, etcétera”. No obstante, González cree que “las cosas tendrán que volver a su cauce mediante acuerdos y aunque ahora la ruptura pueda ser abrupta con el tiempo todo volverá a su ser y las cosas se racionalizarán”.

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