Unos niveles de agresividad ambiental mayores de los previstos en el origen del proyecto y la utilización de un hormigón de menor calidad en la parte final de la estructura están detrás de las numerosas taras que presenta desde hace varios años el espaldón del dique de Levante. Así lo concluyen los técnicos del Cedex en un informe iniciado hace algo más de dos años para comprobar el mal estado de conservación que presenta buena parte de este elemento portuario.

El mismo, construido por Sando y Dragados, entró en servicio en 2001. Sin embargo, 17 años después la corrosión y la caída de trozos del revestimiento ya eran visibles. Este periodo de tiempo está muy por debajo de la vida útil que debía tener la obra.



“La vida útil del espaldón se ha visto reducida a la cuarta parte y explica que la estructura presente una corrosión interna y muy generalizada, en ambos paramentos, interior y exterior, tras 17 años de vida, con especial gravedad en la segunda mitad de su longitud”, se apunta en el informe en el apartado de conclusiones.

En el mismo se precisa que la misma debería haber sido al menos de 23 años, “sin la aparición de ningún síntoma de corrosión” e incluso podría haber alcanzado los 57 años, “si bien este parámetro se ha visto recortado al encontrarse el espaldón expuesto a una agresividad ambiental superior a la esperada”.

El documento, concluido el pasado mes de junio, es resultado del trabajo realizado por varios técnicos del Cedex hace ahora algo más de dos años. A una labor de inspección visual se sumó la ejecución de 14 testigos para su análisis en el laboratorio. De acuerdo con estos análisis, en el ensayo de penetración de agua en el interior de los testigos se aprecia “una diferencia importante en el hormigón colocado en la primera mitad del espaldón”, que cumple “ajustadamente” los parámetros exigidos, frente al utilizado en la segunda mitad, en la que “se observa un incumplimiento de la penetración de agua sistemático y creciente al avanzar hacia el morro”.

“Todos los testigos de esta mitad superan claramente el límite de penetración y la calidad empeora al avanzar por el espaldón”, expone el Cedex . “La peor calidad del hormigón en la segunda mitad del dique y en consecuencia, su disminución de vida útil, han hecho que esta parte de la estructura muestre peor estado”, añade. Los autores del trabajo señalan que si bien la dosificación inicialmente adoptada para la obra cumplía los requisitos normativos, “en el transcurso de la misma, esta dosificación posiblemente se vio modificada colocándose hormigones de menor durabilidad en la segunda mitad del dique”.

Otro aspecto objeto de estudio es el recubrimiento. Sobre ello, se indica que el mismo cumplía los valores mínimos demandados en el proyecto. Pero se precisa que estos elevados recubrimientos pueden ocasionar “en algún caso la aparición de fisuras por retracción (…) con un efecto final contraproducente en la durabilidad alcanzada”. Para disponer de una información global, los técnicos hicieron ensayos en el recubrimiento para evaluar el efecto de la ejecución, llegando a indicar que en el ensayo de penetración de agua “también se aprecian diferencias en las dos mitades del dique”.

A modo de conclusión, se estima que la ejecución de la obra “ha dado lugar a un recubrimiento más permeable, por lo que aunque la dosificación inicial cumpliera los 50 mm del ambiente IIIa, el hormigón que protege las armaduras no los cumple”. Y como consecuencia, “se obtiene en el hormigón del espaldón una penetración de cloruros elevada y creciente a lo largo del dique, que justifica el daño por corrosión observado, más grave al avanzar en el mismo”.

Más a más, el Cedex destaca que de las 22 barras en el interior de los testigos realizados, 13 “presentan clara corrosión”, apreciándose una nivel más elevado en la segunda mitad del dique. El origen de la misma se relaciona “con la peor calidad del hormigón del recubrimiento como consecuencia de la puesta en obra y con el aumento de la permeabilidad del hormigón en la segunda mitad del dique”.

“La elevada permeabilidad que presenta el recubrimiento del espaldón, como consecuencia de una mala ejecución (compactación y curado del hormigón) ha ocasionado que la vida útil teórica se reduzca a 18 años (cálculo para el recubrimiento mínimo medido de 50 mm). Esta reducción de vida útil afectaría por igual a toda la longitud del dique”, se precisa en el informe.

A juicio de los técnicos, el aumento de permeabilidad en el hormigón de la segunda mitad del dique pudo deberse a “un empeoramiento de la dosificación a lo largo de su construcción (menor contenido de cemento o mayor relación agua/cemento)”, llegando a reducir la vida útil en este tramo a 12 años.

El documento final del Cedex valida las primeras aproximaciones ya manejadas por el presidente de la Autoridad Portuaria, Carlos Rubio, que trabaja ya en la elaboración de otro informe complementario que permita determinar la necesidad o no de desarrollar actuaciones sobre el espaldón. Será con este documento en las manos cuando el Puerto decida si impulsa algún tipo de reclamación a las empresas adjudicatarias de la obra original.

Rubio sí precisa que los daños detectados en el espaldón no son extensibles a los cajones del propio dique. Al tiempo separa lo que está ocurriendo en esta estructura con la situación de los terrenos sobre los que se proyecta la construcción de un hotel 150 metros de altura.

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