Se trata de aprovechar “el culillo”. Así se explicó el consejero de Salud, Jesús Aguirre, el problema que le creó al SAS el permiso para obtener una dosis más, la sexta, de los viales que Pfizer envía a los países de la Unión Europea. Según cuantificó Aguirre, perder esa sexta dosis le haría desaprovechar un 20%, pero no es aplicable al total de la vacunación, ya que el SAS tiene unas jeringillas de una capacidad de 1 milímetro cúbico que sí permiten extraer casi todo el vial. 

El SAS cuenta con más instrumentos de este tipo, pero necesita muchos más y la demanda hace que en el mercado estén escaseando.



La Agencia Europea del Medicamento (EMA) autorizó a que de las vacunas de Pfizer se pudiesen obtener seis dosis en vez de cinco, como estableció la empresa en su primer protocolo. Esto ocurrió el 8 de enero. Sin embargo, una parte de las jeringuillas que había comprado el SAS, de 3 milímetros de capacidad, no permiten este aprovechamiento o es muy difícil conseguirlo. Se necesita una jeringuilla que aproveche todos esos espacios como capacidad útil, que es lo que ocurre con las de 1 milímetro. 

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