Los agricultores de la Axarquía ya tienen puestas sus miras en el verano. El estado del embalse de La Viñuela es la espada de Damocles que pende sobre los subtropicales. Son la principal reserva de Europa de aguacates y mangos y dada la situación de sequía en la que se encuentra la comarca, temen por su supervivencia a partir de los meses que requieren más riego. Éste es el tercer invierno que pasan con restricciones en la dotación de agua y muchos más, demandando soluciones.

“Lamentamos que año tras año nos veamos en la misma situación y no se acometan otro tipo de actuaciones. Estamos preocupados porque está pasando el otoño sin que apenas haya llovido”, expresó Miguel Gutiérrez, el secretario de la Asociación Española de Tropicales, consciente de que este año hidrológico ha empezado “peor que el pasado”.



“La cosecha de mango que acaba de terminar la hemos salvado, pero ahora empieza la del aguacate que se prolonga hasta abril. Ésta es mucho más sensible a la falta de agua, y el problema es que si se seca se pierde la planta; la de mango sí se puede mantener aunque no produzca”, explicó el responsable del área de recursos hídricos del colectivo.

“El aguacate es muy sensible a la falta de agua, se seca y se pierde la planta para siempre”

El embalse de La Viñuela es el de mayor de la provincia de Málaga con 165 hectómetros cúbicos. Actualmente cuenta con 44, lo que representa el 26,67% de su capacidad. Las escasas lluvias de este mes apenas se han notado en sus registros. El año pasado los agricultores también sufrieron restricciones –levantadas tras las lluvias de primavera– y el pantano tenía 50 hectómetros cúbicos, el 30,30%.

Esta misma semana, de hace diez años, había casi el doble, esto es, un 57,45%. Entonces acababa de salir de una alerta de sequía que se extendió por toda la provincia y que duró prácticamente cuatro años. Entre los años 2007 y 2008, las reservas hídricas bajaron a poco más de 21 hectómetros cúbicos, garantizando sólo el abastecimiento humano para algo más de un año.

A principios de este mes, la Junta de Andalucía celebró la segunda sesión anual del comité de Gestión de Aguas de Málaga subrayado la falta de precipitaciones –un 18% menos de la media histórica– que había tenido la provincia durante 2019-2020.

No obstante, todos los sistemas hídricos se encontraban en situación de “normalidad” excepto el de La Viñuela “en alerta”, por lo que se ha propuesto en este último embalse que de manera provisional se reduzcan los aportes al regadío a 3.000 metros cúbicos por hectárea y año. Esto supone la disminución de un 25% aproximadamente –el mismo que los últimos tres años–, ya que las comunidades de regantes cuentan con unos 4.000 hectómetros cúbicos aproximadamente.

“Con 3.000 metros cúbicos los cultivos tropicales no son viables. Sólo lo serán si se puede combinar el riego con pozos propios, si no, es muy difícil, no se van a poder mantener. Las fincas lo van a pasar muy mal”, apostilló Gutiérrez.

A estos recursos, la Comunidad de Regantes de Sur del Guaro podrán sumar por primera vez de 5,2 hectómetros cúbicos de aguas regeneradas procedentes de la estación depuradora de aguas residuales de Vélez-Málaga. La Junta de Andalucía les concedió la autorización este mismo mes.

“Las aguas depuradas es un buen recurso porque no hay muchas más opciones. No obstante, es una opción que llega tarde”, señaló el secretario de la asociación quien también mostró sus dudas sobre la idoneidad de su uso. Hasta el momento sólo se ha demostrado su conveniencia en mangos tras un ensayo que han desarrollado los técnicos de la cooperativa Trops –la mayor comercializadora de subtropicales en España– y los de la empresa pública Axaragua, de la que dependen las depuradoras de la comarca de la Axarquía.

“Los ensayos han durado ocho años y están muy bien, pero ese no es un resultado definitivo, no sabemos lo que ocurre a largo plazo, sobre todo al suelo. No estamos en contra, pero nos hubiese gustado tener más probados los efectos. Además, todavía no hemos tenido oportunidad de uso”, afirmó.

El uso de las aguas regeneradas, de momento para una sola comunidad de regantes, era una de las soluciones que estaba sobre la mesa, pero la gran reivindicación de los agricultores pasa por el “bypass” desde el embalse de La Concepción a La Viñuela, para conseguir que los excedentes de agua lleguen a la Axarquía

“Nuestra prioridad es la interconexión Guadiaro Concepción-Viñuela-Motril. Como mínimo que fuese para consumo humano. Eso llevaría un ahorro que se podría dedicar al riego. No pedimos un trasvase, pero sí que el agua no se tire al mar y que circule hacia donde haga falta”, reivindicó Gutiérrez quien también incluyó la aportación de 5,2 hectómetros cúbicos de los pozos del Chíllar (Nerja) a la red de abastecimiento.

Mejorar la productividad permite ahorrar agua

El Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea La Mayora, integrado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Málaga (UMA), lleva años desarrollando varios proyectos y acciones en relación con el uso de recursos hídricos en diferentes cultivos tanto de subtropicales como de hortícolas.

En concreto, las líneas en las que se está trabajando a través de diferentes proyectos de investigación regionales, nacionales y europeos, incluyen la reducción de la huella hídrica mediante un aumento en la productividad de los cultivos subtropicales. Según explicaron desde el centro, el aumento de la productividad por hectárea, que todavía sigue siendo baja en muchas de las explotaciones de subtropicales, permitiría producir más fruta con el mismo aporte de agua.

“Un ejemplo es el aguacate, en el que la productividad media en España está en unas 6 toneladas por hectárea. Si conseguimos aumentarla a unas 12 toneladas por hectárea, que es lo que conseguimos en La Mayora, con la misma aportación de agua tendríamos el doble de kilogramos producidos por hectárea, con lo que la huella hídrica por kilogramo producido se reduciría a la mitad”, explica el profesor del investigación del CSIC y jefe de departamento de Fruticultura Subtropical y Mediterránea del IHSM, Iñaki Hormaza. “Todo esto pasa por optimizar el manejo del cultivo mediante una adecuada polinización poda, nutrición, estado sanitario de las plantaciones y un aporte adecuado de agua”, asegura.

Además están trabajando en el estudio de los genes implicados en menores requerimientos de agua mediante análisis genómicos. Otro de los proyectos que están desarrollando los científicos es el de la “exploración de la posibilidad del uso de aguas residuales recicladas para el riego de frutales y hortalizas”.

La Mayora también está inmersa en el estudio de la anatomía y distribución de nutrientes y su relación con el uso eficiente del agua en frutales subtropicales así como en la tolerancia a la salinidad en tomate y cítricos para poder utilizar aguas de peor calidad.

La optimización de los sistemas de riego en frutales subtropicales mediante el empleo de goteros de ultrabajo caudal y sensores digitales de humedad en suelo es otra de las líneas de investigación junto al estudio sobre la capacidad de retención de agua de diversos sustratos artificiales para hidroponía en tomate.

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