Las previsiones que manejaba en las últimas semanas el Puerto de Málaga para el impulso definitivo de la marina deportiva de San Andrés han acabado por cumplirse. Salvo sorpresa de última hora, dos son las empresas que se van a disputar la construcción y concesión de estas instalaciones náuticas, según los datos conocidos por este periódico al cierre del plazo abierto para la presentación de proposiciones. Cabría la posibilidad, no obstante, que alguna otra pueda llegar estos días por correo, pero no parece probable.

A falta de que se desvelen las identidades de estas sociedades, sí se sabe que una de ellas es la misma que promueve desde hace años la construcción de un hotel de hasta 150 metros de altura en los terrenos del dique de Levante. Esto es, el fondo soberano catarí a través de la sociedad Al Alfia, que se convierte en protagonista claro de las últimas operaciones activadas en el recinto portuario.



Esta información viene a confirmar la convicción que semanas atrás mostraba el presidente de la Autoridad Portuaria, Carlos Rubio, sobre el éxito del concurso. “Ofertas va a haber porque hay al menos dos grupos que han pedido el certificado de estar al corriente, que es el último paso antes de formalizar la propuesta”, expuso, apuntando que al menos ocho grupos habían mostrado interés en la iniciativa.

Incluso, dijo tener la absoluta certeza de que las ofertas iban a ser “sólidas, solventes, no van a ser oportunistas, ni mucho menos”, evitando con ello el descalabro que años atrás supuso para el Puerto el anterior concurso para este mismo proyecto. Los problemas económicos de las empresas que se hicieron en aquel momento con la adjudicación, Marinas del Mediterráneo y GEA 21, paró en seco el proyecto y obligó al Puerto a tener que recuperar la concesión sobre el espacio. Desde ese momento pasan ya más de siete años.

El esquema contemplado ahora sigue una línea muy semejante a cuando por vez primera salió al mercado en la búsqueda de un socio privado. En concreto, el futuro puerto deportivo tendrá capacidad para al menos 503 embarcaciones, de las cuales 350 tendrían hasta 12 metros de eslora, 150 entre 12 y 30 metros y dos serían mayores de 30 metros (se precisa que deberán permitir hasta 50 metros de eslora). A cambio de la inversión necesaria, el futuro concesionario dispondrá de un periodo de explotación de 50 años.

La incidencia que la construcción de esta infraestructura náutica tendrá no sólo se dejará sentir en la ciudad, mejorando su actual atractivo turístico, sino también en las cuentas de la entidad portuaria. En este sentido, el Puerto se garantizaría unos ingresos mínimos anuales de alrededor de medio millón de euros, lo que para el conjunto de la explotación programada, a 50 años, supone unos 25 millones de euros. Este resultado económico surge de tomar en consideración las distintas vías de pago por parte del futuro promotor de la operación. 

Una de ellas, la de más relevancia, relacionada con la tasa de ocupación de los espacios terrestre y marítimo que forman parte del futuro puerto deportivo, cuyo montante de partida es de algo más de 335.000 euros. A ésta hay que añadir el de la tasa de actividad de las embarcaciones que ocupen la marina. El mínimo previsto es de unos 67.000 euros anuales. 

El futuro promotor tendrá derecho de concesión sobre una superficie de lámina de agua en la margen derecha de la desembocadura del río Guadalmedina de 93.938 metros cuadrados, así como una superficie de tierra en la explanada de San Andrés de 20.358 metros. Entre las condiciones impuestas en el proyecto está la de tener que construir al menos 300 plazas de aparcamiento en superficie, la edificación de un complejo náutico (club náutico, escuela de vela, otras enseñanzas náuticas, restauración, pequeño comercio y actividades sociales) de 2.200 metros cuadrados, con una altura máxima de8 metros (PB+1).

Asimismo, tiene que desarrollar locales comerciales (restauración, comercio especializado en sector náutico, pequeño comercio auxiliar) de 3.000 metros cuadrados, prohibiéndose el uso de discoteca o negocios similares. Para tratar de hacer más atractiva la baja edificabilidad asignada al proyecto, el Puerto introdujo una pequeña modificación con el objetivo de ampliar los espacios de terraza de los que dispondrán estos negocios.

Otro de los elementos a incluir es un edificio de capitanía del puerto y torre de control (PB+2 más torre de control según necesidades del proyecto), con unos 200 metros. El futuro puerto también incluirá naves y talleres para la zona de varada con una superficie de operaciones no inferior a los 10.000 metros cuadrado.

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