Detalladas en profundidad las taras que desde hace años viene presentando el espaldón del dique de Levante, el Puerto de Málaga se pone manos a la obra para determinar hasta dónde deben llegar las actuaciones a ejecutar para corregir estos desperfectos. Para ello, y atendiendo a las reveladoras conclusiones del estudio del Cedex, el organismo presidido por Carlos Rubio acaba de encargar a Ineco, ente también dependiente del Ministerio de Transportes, la redacción de otro estudio específico sobre el estado en el encuentra esta parte de la infraestructura, así como la redacción del proyecto para su reparación.

La elección final de Ineco se produce después de que ninguna de las cuatro empresas que concurrieron al concurso público convocado por la Autoridad Portuaria cumpliese los requisitos exigidos para otorgarle la adjudicación. El valor inicial del encargo alcanzaba los 217.800 euros (IVA incluido), siendo seis meses el plazo previsto para la materialización del trabajo. De ellos, dos se reservan para el estudio del espaldón, otro para examinar las propuestas de reparación y tres más para la redacción del proyecto.



A priori, según apuntó Rubio, estas condiciones se mantienen intactas en el encargo que se le hace a Ineco. Esto hace previsible que para el mes de abril del año que viene el Puerto tenga en sus manos un documento preciso sobre los trabajos que habría que materializar para subsanar los desprendimientos que sufre el espaldón desde hace varios ejercicios. Esta circunstancia confirma el hecho de que la vida útil de la estructura es muy inferior a lo que inicialmente se planteaba.

El propio dirigente portuario viene apuntando que será con estas conclusiones en la mano cuando se analice la posibilidad de realizar una reclamación patrimonial a las empresas que ejecutaron el dique de Levante, finalizado en 2001. Las firmas que asumieron aquel encargo fueron Sando y Dragados.

Un trabajo previo del Cedex apuntaba el uso de un hormigón de peor calidad en la parte final como causa de las taras

Entre las actuaciones que tendrán que asumir los técnicos de Ineco está el análisis comparativo del estado de otros espaldones construidos con la misma tipología estructural, así como de las reparaciones llevadas a cabo y su estado actual. A esto se suma una campaña de muestreo, mediante el que se pueda valorar la calidad del hormigón, el estado del acero y las patologías de los años. Otra de las labores que deberá realizar es la relativa al análisis estructural del conjunto (espaldón y cajón) “y su comparación con el previsto en el proyecto”.

La decisión de ir adelante con este informe se produce casi al mismo tiempo que se ha tenido conocimiento de las conclusiones del estudio elaborado por el Cedex sobre el espaldón del dique de Levante, documento con fecha del pasado mes de junio pero cuya elaboración arrancó hace unos dos años.

El contenido del trabajo del ente estatal es concluyente, al apuntar que tanto unos niveles de agresividad ambiental mayores de los previstos en el origen del proyecto como la utilización de un hormigón de menor calidad en la parte final de la estructura fueron los causantes de las numerosas taras de esta estructura.

“La vida útil del espaldón se ha visto reducida a la cuarta parte y explica que la estructura presente una corrosión interna y muy generalizada, en ambos paramentos, interior y exterior, tras 17 años de vida, con especial gravedad en la segunda mitad de su longitud”, se apunta en el informe, en el que se precisa que la misma debería haber sido al menos de 23 años, “sin la aparición de ningún síntoma de corrosión” e incluso podría haber alcanzado los 57 años, “si bien este parámetro se ha visto recortado al encontrarse el espaldón expuesto a una agresividad ambiental superior a la esperada”.

A una labor de inspección visual se sumó la ejecución de 14 testigos para su análisis en el laboratorio. De acuerdo con estos análisis, en el ensayo de penetración de agua en el interior de los testigos se aprecia “una diferencia importante en el hormigón colocado en la primera mitad del espaldón”, que cumple “ajustadamente” los parámetros exigidos, frente al utilizado en la segunda mitad, en la que “se observa un incumplimiento de la penetración de agua sistemático y creciente al avanzar hacia el morro”.

“Todos los testigos de esta mitad superan claramente el límite de penetración y la calidad empeora al avanzar por el espaldón”, expone el Cedex . “La peor calidad del hormigón en la segunda mitad del dique y en consecuencia, su disminución de vida útil, han hecho que esta parte de la estructura muestre peor estado”, añade. Rubio sí precisó que los problemas se detectan exclusivamente en el espaldón, no así en la estructura base del dique. 

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