El puente de la Constitución siempre ha sido el más esperado del año porque es el más largo. Deseado por los empleados, peleado por los trabajadores cuyos oficios están siempre operativos y se trabaja también en festivos, anhelado por los comerciantes por los ingresos que se generan a escasas dos semanas de la Navidad, y una buena piedra de toque para los hoteleros para sumar turistas y facturar en plena temporada baja, cuando el frío aprieta y se hace de noche a las seis de la tarde.

Sin embargo, este año pasará sin pena ni gloria por la pandemia. Las restricciones para evitar la propagación del virus han cambiado por completo el ritmo habitual de la provincia. Solo está abierto un tercio de los hoteles y los comercios o restaurantes están obligados a cerrar sus puertas a las seis de la tarde, a excepción de los negocios considerados esenciales como los supermercados y tiendas de alimentación o las jugueterías por la proximidad de la campaña navideña.



Tampoco se puede cambiar de municipio dentro de una misma provincia salvo una causa justificada y las personas que llegan del extranjero en avión -normalmente por motivos laborales o familiares porque los turistas se cuentan prácticamente con los dedos de la mano- tienen que venir con una PCR hecha en su país de origen para confirmar que no tienen la enfermedad, algo que frena el interés por viajar porque, además, hacerse la prueba es caro en varios países.

El 70% de los hoteles están cerrados porque ni hay turistas ni se esperan

Los hoteleros no han hecho ni previsiones porque directamente no hay turistas ni se les espera. El turismo internacional, el motor del sector en la Costa del Sol, se ha desplomado un 80% este año y en verano la poca actividad existente fue del turista nacional. Sin embargo, en este puente tampoco habrá turistas españoles por esa dificultad para cambiar de territorio.

Nadie puede argumentar desconocimiento porque en el país no se habla de otra cosa desde hace semanas y porque en las carreteras hay continuos carteles recordando a los conductores que estamos en estado de alarma y que no se puede ir de un municipio a otro. Habrá además controles especiales durante estos días para evitar que los ciudadanos aprovechen los cuatro días de fiesta consecutivos para salir a segundas residencias o a visitar amigos. Es muy triste, pero es el momento que nos está tocando vivir.

Se intensificarán los controles en carretera para evitar los desplazamientos

“El puente está completamente muerto. No hay movimiento ninguno y sí muchas dudas. Si quieres ir a Europa te van a pedir de todo, aquí no tenemos bono turístico, no puedes salir de tu municipio… No tenemos nada que vender”, lamentó Sergio García, presidente de Agencias de Viajes Asociadas de Andalucía (Aedav), en este diario el pasado 24 de noviembre. El empresario hotelero Miguel Sánchez indicaba a su vez que “la mayoría de las pocas reservas que pudiera haber para este puente se han cancelado y lo poco que hay es en las capitales o en algún municipio del interior”.

Es el puente de la Constitución más atípico y ojalá que sea recordado como un hecho histórico que ocurrió en 2020, lo que sería síntoma de que en 2021 podamos vivir en una situación más normalizada. La Junta de Andalucía mantuvo las restricciones precisamente hasta después del puente para evitar más movimientos y contagios. Habrá que ver qué medidas exactas se toman tras estos días festivos porque, aunque es cierto que están bajando las hospitalizaciones, está habiendo un ingente número de fallecidos.

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