Una decena de trabajadores del taller de Los Prados en Málaga, dedicado al mantenimiento de los trenes de alta velocidad de Renfe, se han visto afectados por la decisión de la empresa que lo gestiona, Btren, de efectuar traslados forzosos y posibles despidos, según denuncian los sindicatos.

La plantilla se ha manifestado este viernes junto con los sindicatos que conforman el comité de empresa, CCOO y CSIF, para denunciar las irregularidades que se están llevando a cabo por parte de la empresa -que alega una menor carga de trabajo-, y exigir una solución.



Ante la reducción de la carga laboral, la empresa solicitó voluntarios que se trasladasen a la planta que posee en Valladolid, pero, al no presentarse nadie, optó por exigírselo a los cinco trabajadores con menos antigüedad, según han informado a Efe desde el sindicato CCOO.

“No les dan otra opción que irse a Valladolid o a la calle”, han apuntado las fuentes, que han añadido que “no respetan el convenio laboral”.

A este respecto, han indicado que si hay razones organizativas sí que se puede trasladar al trabajador, pero por un máximo de seis meses y costeando los gatos del transporte, manutención y alojamiento, pero “ellos no ofrecen nada de eso”, y les dicen que tienen que estar al menos dos años.

Aseguran que, aunque no se ha comunicado formalmente al comité de empresa, Btren ha transmitido a los empleados su intención de despedir a otros cinco profesionales más además de los otros cinco que se trasladarían a Valladolid.

Btren es una sociedad que se compone de dos socios, por un lado, la empresa canadiense Bombardier –que es el mayoritario- y, por otro, Renfe; aunque es la primera la que se encarga de gestionar el personal, los sindicatos solicitan a la operadora ferroviaria que se pronuncie y asuma a los trabajadores afectados en otro de los talleres que posee en Málaga.

Fuentes de Renfe han señalado a Efe que no pueden inmiscuirse en la política de recursos humanos de Btren, a pesar de ser socios de ella, por lo que no se quieren pronunciar al respecto.

Por su parte, el responsable del sector de Empresas Privadas de CSIF, Miguel Ruiz, ha destacado que el hecho de que la empresa rechazara anteriormente la posibilidad de llevar a cabo los ERTE ha alimentado el clima de incertidumbre que hay en la plantilla.

“Nuestra experiencia sindical nos dice que después de este tipo de cosas, habiendo un ERTE que les puede ayudar a la empresa y no hace uso de él, tememos que haya un intento de desmantelamiento”, ha señalado Ruiz.

Los afectados exigen diálogo y transparencia a los responsables de la empresa, pues no tienen constancia de ninguna alternativa a la problemática y no se han pronunciado al respecto y precisan que “la empresa está prácticamente desaparecida”.

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