Pocos minutos después de saberse que Fran Hervías había ingresado en las filas del PP tras abandonar Ciudadanos –incluido el escaño en el Senado–, un parlamentario del PP andaluz por Almería le dio, en Twitter, la bienvenida a la “casa común del centroderecha”. Que Ramón Herrera, que así se llama el diputado popular, utilice ese concepto aglutinador popularizado por José María Aznar no es raro, pero no debe ser plato de buen gusto para los diputados de Cs que se sientan a sólo dos escaños del almeriense en la Cámara autonómica.

Los mensajes que salen de PP y Ciudadanos en Andalucía desde el pasado miércoles son casi coincidentes. No hay riesgo de contagio de la inestabilidad que estalló en Murcia en la mañana del 10 de marzo y resonó en Madrid horas después. El Gobierno andaluz es el cemento de un edificio “sólido” que ni populares ni naranjas quieren poner en riesgo. La propia Inés Arrimadas se lo garantizó a Juanma Moreno ese mismo día. Pero la salida baja de Hervías en Ciudadanos para cambiar el naranja por el azul ha añadido dosis de incertidumbre a la relación que mantienen los socios de Junta.



En Cs ha caído como una bomba el ofrecimiento de entrar al PP que Teodoro García Egea ha hecho a todo aquel cargo, afiliado o simpatizante naranja. Que haya sido Hervías, senador por designación autonómica y ex diputado por Granada, no ayuda a mejorar esa sensación. Hay que tener en cuenta, no obstante, que el secretario general del PP estaba enfrascado en una pugna con la dirección andaluza de su propio partido por el control orgánico de las provincias. Por lo tanto, la puerta abierta de García Egea no se lee como un ataque directo de los compañeros de la bancada popular.

La duda ahora está en saber si habrá una fuga en Ciudadanos Andalucía hacia filas populares. Fuentes cercanas al propio Hervías no ven probable esta opción. Tampoco atisban una maniobra que pueda debilitar a un Gobierno presidido por Juanma Moreno, ahora compañero del ex senador. En el grupo parlamentario naranja de las Cinco Llagas hay personas afines al político catalán, pero desde el propio equipo de Cs esperan que no se produzca un éxodo. En la reunión del grupo parlamentario celebrada de urgencia el pasado miércoles hubo consenso en que la respuesta a la crisis de Murcia y Madrid no supondría un problema en Andalucía ni en el Gobierno de la Junta.

El problema está en que Ciudadanos lleva meses convertido en un polvorín con varias familias enfrentadas. En un lado están los afines al vicepresidente de la Junta, Juan Marín, que hace sólo unos meses abrió la puerta a acudir a los próximos comicios en coalición con el PP. Ahora, cuando Juanma Moreno ha dicho que considera esa opción, Marín se alineó con Inés Arrimadas y descartó cualquier alianza preelectoral.

El fracaso de la operación en Murcia, donde ha tenido un papel relevante Fran Hervías, puede cambiar las reglas del juego respecto a la presidenta de Ciudadanos. Marín, junto con Begoña Villacís y Toni Cantó, urgió el viernes a la reunión de una Ejecutiva que será hoy y servirá para decidir el futuro de Arrimadas, aunque el líder andaluz no ha pedido la cabeza de la política jerezana. Arrimadas cuenta en Andalucía con aliados relevantes, como el portavoz parlamentario, Sergio Romero, o la consejera de Igualdad, Rocío Ruiz.3Más información en la página 27

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