Cataluña iniciará la próxima semana la vacunación de miembros de determinados servicios esenciales, como sanitarios que no están en primera línea de la pandemia, bomberos, policías y otros colectivos de emergencias, con las 31.000 dosis de la vacuna de AstraZeneca que se espera que lleguen el lunes día 8.

La consejera de Salud, Alba Vergés; el secretario de Salud Pública, Josep Maria Argimon, y la coordinadora del proceso de vacunación, Carmen Cabezas, lo han explicado este viernes en rueda de prensa telemática, en la que han expuesto también que la postura de Cataluña respecto a la vacuna de AstraZeneca es que se pueda usar en la población de entre 18 y 65 años. Vergés ha considerado “inaudito” que, a solo dos días de que llegue la primera gran remesa de esta vacuna, aún no se haya decidido hasta qué tope de edad se puede usar.



De hecho, esta vacuna y la decisión sobre a quién administrarla ha obligado a replantear la estrategia de vacunación en Cataluña, adelantando el colectivo de las personas que trabajan en servicios esenciales y profesionales sanitarios que no están tan en contacto con pacientes Covid

La doctora Cabezas ha indicado que se está acabando de perfilar si otros colectivos pueden formar parte de este grupo de vacunación, aunque ha descartado que se incluya a los docentes.

A partir del próximo lunes, Cataluña dispondrá de unas 112.000 dosis de vacunas de Pfizer (60.000), AstraZeneca (31.000) y Moderna (21.000), ha precisado Argimon, que ha añadido que las dosis de Moderna previstas, unas 96.000, se reducen en un 20% este mes de febrero, porcentaje que se espera que se recupere en marzo.

La consejera ha asegurado que el sistema sanitario catalán está preparado para una vacunación masiva de unas 150.000 personas al día en la tercera fase del plan de vacunación, cuando ya se haya vacunado a los colectivos vulnerables y se aborde a la población general, pero que todo dependerá de la disponibilidad de las vacunas.

“La vacunación -ha dicho- es una prioridad de país y todo el sistema se volcará” en ello, para lo que serán necesarios espacios extra a los centros de atención primaria, que asumen cada año la vacunación de la gripe y que serán el “eje central” de esta operación, ha destacado.

Así, se espera usar unos 600 espacios polivalentes, la mayoría proporcionados por los ayuntamientos, muchos de los cuales se han usado este año durante la campaña de vacunación de la gripe, y también algún museo o espacio emblemático, pero no se utilizarán aparcamientos de centros comerciales, ha dicho Argimon.

Los responsables de la vacunación calculan que en dos semanas habrá finalizado la administración de vacunas a las personas que viven en residencias, ya sean ancianos o discapacitados, por lo que se iniciará entonces la vacunación de los grandes dependientes (grado III reconocido por la Ley de Discapacidad) que viven en sus domicilios.

Estas personas están ya identificadas y son 24.858 en toda Cataluña, y se prevé que serán vacunados antes de acabar marzo por los equipos de la atención primaria que habitualmente les atienden, ha indicado Cabezas.

A la espera de AstraZeneca

Así pues, en Cataluña puede producirse la circunstancia de que una persona que trabaja en un servicio considerado esencial y esté sana sea vacunada antes que un anciano con una grave discapacidad, según “la disponibilidad de la vacuna” más adecuada a cada grupo, ha admitido Argimon.

Esto se debe al hecho de que la vacuna de AstraZeneca no se recomienda para las personas más mayores, y varios países europeos ya ha anunciado que solo la aplicarán a menores de 65 años, como Alemania, mientras que Italia ha optado por los menores de 55.

Cataluña se ha alineado con la posición mayoritaria europea de hasta los 65 años, al considerar que entre los 55 y 65 años la respuesta inmunitaria es similar y es lo que se considera “más conveniente”, ha dicho la coordinadora de la vacunación, a la espera de conocer la posición oficial del Gobierno.

El plan de vacunación de Cataluña también prevé citar como prioridad en la fase 2 (en marzo o a partir de ese mes) a las 1.800.000 personas catalogadas como de muy alto riesgo (600.000) y alto riesgo (1.200.000), que asumirá la atención primaria.

Argimon ha puntualizado que abordar a estos diferentes colectivos, como los servicios esenciales o los grandes discapacitados que viven en sus domicilios, no se hará de forma “estanca” sino que “se solaparán”, en función de la llegada de las vacunas.

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