La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, telefoneó el miércoles al mediodía al presidente andaluz, Juanma Moreno, para garantizarle que su partido le seguía apoyando y que no había ninguna conversación para promover una moción de censura en la comunidad. Arrimadas llamó a Moreno cuando ya se conocía que la presidenta de la comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, iba a convocar elecciones para blindarse de una moción similar a la de Murcia. Tanto Arrimadas como Juanma Moreno opinan que la legislatura andaluza debe agotarse; es decir, llegar hasta mediados de 2022. “haremos lo imposible”, aseguró el presidente ayer en el Parlamento.

Esto, lo de completar el mandato, es posible porque el Gobierno andaluz, a diferencia de lo que ocurría en Murcia o en Madrid, cuenta con un Presupuesto para 2021, que además es cuantioso porque recibirá, al menos, 800 millones de euros extraordinario de los fondos React de la Unión Europea. Pero es que, además, cabe la duda de si Vox seguirá negociando con el Gobierno andaluz. Su portavoz, Alejandro Hernández, que pidió elecciones anticipadas también en Andalucía, no descarta negociar tema a tema, siempre que el PP y Ciudadanos cumplan con lo pactado.



La moción de censura de Murcia tomó por sorpresa a los parlamentarios andaluces de Ciudadanos, tanto que Arrimadas no habló ese día con el coordinador del partido en la comunidad y vicepresidente, Juan Marín. En Ciudadanos en Andalucía hay disensiones y dentro del grupo parlamentario, también, pero no hay un solo diputado que hubiera apoyado a la socialista Susana Díaz en una moción de censura. Para ganar una iniciativa así, el PSOE también necesitaría el improbable voto de los anticapitalistas de Teresa Rodríguez.

Sorpresa entre los parlamentarios, cuando no estupefacción, por cómo ha concluido la operación murciana. Algunos señalan como responsable de no haber previsto la reacción de Díaz Ayuso al hombre que ha negociado la moción con el PSOE, que es Carlos Cuadrado, vicesecretario general del partido. Cuadrado fue el tesorero de Ciudadanos, con eso se gano su prestigio, y se ha convertido en el hombre de confianza de Arrimadas. Habló con el secretario general de Presidencia, Félix Bolaños, con quien mantiene una relación fluida, para comunicarle que iba a dar ese paso en Murcia.

La disensión dentro del grupo parlamentario de Ciudadanos no se debe a su relación con el PP en el Gobierno andaluz, sino al liderazgo de Juan Marín, del que difieren algunos diputados. Eso es algo que el partido resolverá a su tiempo en unas primarias, la consejera Rocío Ruiz o el diputado Guillermo Díaz pueden ser alternativas.

Lo que sí distingue a los parlamentarios más críticos con Marín es que Ciudadanos necesita visualizar su posición central en la política andaluza y alejarse de Vox. La consejera Rocío Ruiz declaró el martes pasado, un día antes de la moción, que Ciudadanos también debía pactar con la izquierda, pero se refería a otros ámbitos, como los municipales. El ejemplo es el del Ayuntamiento de Sevilla, donde los naranjas han llegado a un acuerdo con el socialista Juan Espadas.

La propia Rocío Ruiz no contempla un pacto futuro con los socialistas en el Gobierno andaluz. La razón de peso es la que se ha esgrimido para negar cualquier opción de moción de censura en Andalucía, y es que el PSOE ha gobernado casi cuatro décadas en la comunidad. Inés Arrimadas se expresó en esos mismo términos hace un mes en este periódico, cuando defendió que el cambio debía proseguir en la siguiente legislatura.    

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